Un día llegó al Polo Norte, el último que no había visitado:
- Hola, señor- le dijo al primer anciano que vio llegar.
- Hola...-contestó el anciano con cara rara,
-¿ Podría contarme una historia. preguntó.
-¿ Para que quieres saber tú una historia?
- Usted cuentamela..
- Vale, vale.
El viejo empezó a contar una historia y justo cuando iba por la mitad Flanquin dijo:
- Me la sé, otra.
El viejo le contó otra y otra pero todas se las sabía:
- No me sé mas...
- ¿Cómo?
-Te he contado todas las que sé.
- Pues entonces preguntaré a otra persona.
- Imposible, las historias que los demás saben te las he contado yo.
- ¿Quueeeeeeeee? No puede ser.
- ¿Pero por qué te pones así?
- En este papel están las historias del mundo y sólo me faltaba una del Polo Norte.- le enseñó un enorme papel lleno de historias.
- ¿ Qué quieres que haga joven? Yo, si quieres, me puedo inventar una...
- ¡¡ Noooooooooo !!- Quiero una vieja historia.
- Oye, joven ,a mí no me grites. Si ya te sabes las historias de aquí, y no quieres que me invente una... no puedo hacer nada.
- Pero ,tiene que haber alguna que no me sepa.
Al ver que Flanquin se estaba poniendo pesado, el viejo se marchó, cuando Flanquin se dio cuanta se había quedado solo:
- No es justo...me tendré que ir sin historia... no es justo.
Pero de repente dijo:
- Ya lo tengo, ya que no tengo ninguna historia y no puedo volver a casa sin una del Polo Norte, sólo me queda inventarme una, porque no pasa nada ,si no es vieja, si es del Polo Norte...
Entonces empezó a escribir su historia :lo que le había pasado al llegar.Cuando acabó, volvió a casa y a los tres días le publicaron todas las historias:
- Bueno al final todo ha salido bien, ahora sólo queda ir en busca de aquel viejo y pedirle perdón y de paso le regalo el libro, seguro que le gustará.
Fin
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