Pearls ha llegado del centro de detención hace una hora, así tendré ayuda, pero aún la están interrogando..
-¡Señor Goodmaaaaan!
-¡Has vuelto!
-Pasé mucho miedo allí –llanto
-Es muy cruel, una niña de 9 años en un centro de detención
-Ya pero esa es la ley del país
-¿Cómo?
-Así es, pero gracias por ayudarme
Se dan un pequeño aunque caluroso abrazo y Pearls no aguanta y se pone a llorar.
-Pearls, tranquila
-Está bien, pero… dígame… ¿Qué ha ocurrido?
(…)
-Y eso es todo
-O sea que..¿mi propia tía me estaba culpando?
-Sí, y creo que esta historia está llegando a su fin. Cuando reuna las pruebas necesarias haremos una visita…
-¡Vamos a la cueva y no te enrolles! -risita
-¡Vale, vale!
Cuando llegaron a la cueva encontraron una cosa muy inesperada.
-¡La ostra de oro! –dicen los dos a la vez
-¡Ya lo tengo Señor Goodman!
-¿Qué?
-¡Llamemos al laboratorio forense!
-No
-¿Por qué?
-Si llamo para esto y se descubra quién la robó, no podré saber quién asesinó a tu madre
-Tiene razón, voy a mi casa a por polvos de talco y así lo miramos
-Mejor harina
-¡Vale! –ya alejada de la cueva
-(Y ahora… ¿qué hago?)
-¡Ya está!
-¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo?
-Ya he llegado, andando, ahora mismo
-Mmm.. está bien- asustado
-Bueno ¿empezamos o qué?
-Sí
-Lo vas a hacer tú, ¿vale? Primero busca una mancha o un punto negro
-… …. …. …. ….. ¡Aquí!
-Ahora pon la harina encima
-Ya, qué fácil
-Sopla e identifica la huella con las que hay en esta foto
-…… Las huellas son del chamán, me lo temía
-Vamos a visitarle, Pearls
-Ffff… ya hemos llegado
-Estoy cansadísima

-Pero ahora no podemos rendirnos
-¡Vamos adentro!
Llegan agotados pero ellos seguían para delante. Entraron en la casa y:
-Señor Chamán dígame ¿es usted el asesino?
-No, no ser señor
-(¡El magatama no brilla!)
-Señor Goodman, piense desde otro punto de vista, puede que el asesino no fuera el que robó la ostra de oro -añadió Pearls
-Tienes razón, señor, ¿usted robó la ostra?
-No, imposible ser yo
-(¡El magatama reacciona!) No le puedo creer
-Yo no hacer nada, yo no saber cueva ni ostra
-Para no enrollarnos tanto, le enseño directamente la prueba -dijo el inspector con una gran sonrisa en la cara- mire esto, es la prueba de quién la robó
-¿Que ocurrir?
-Nada, solo que tiene sus huellas
-¡No!
-Y ahora añado... ¡Usted es el cómplice!
-Eso ser grandísima mentira
-Pero cayó en una trampa
-¿Cómo?
-Doris Fey tiene una gran coartada que le libra de toda sospecha pero si usted robó la ostra... Debería haber visto el asesinato, y no nos dijo nada ¿por qué? no lo sé ¡conteste!
-No caer en trampa, en cueva no haber asesinato... ¡ser en casa de Doris Fey!
-No, eso es imposible, si se fija en el mapa hay un gran puente ahí. ¿Para qué tomarse tantas molestias si podría haber tirado el cuerpo al río? Además el río es de gran caudal, seguramente nunca se podría encontrar.
-Vale, tener toda razón pero.. yo no ir a esa casa ayer
-¿A qué se refiere con eso?
-El arma es de mi propiedad y sólo yo tener esa clase de cuchillos, si no creer, preguntar a Pearls
-¿Es cierto Pearl?
-Sí, señor
-Entonces esto nos lleva a una conclusión... ¡Ese día no hubo ningún asesinato, fue el día antes de que yo llegué!
-Perfecto, pero... tú ¿como saber que yo ir allí esa noche?
-Señor Goodman vamos a investigar la casa de mi tía a ver qué encontramos
-Vale
-Antes de ir, yo decir que buscar mi tambor si vosotros encontrar dar a mí. Lo perdí hace uno o dos días
-¡Vale señor!
De lo rápido que iban casi ni se les veía.
-Pearls, ¿no estará tu tía?
-No, a estas horas no suele estar aquí
-Vamos a examinarlo
-Aquí hay un trozo de tela, manchada de sangre..
-Señor Goodman espere un momento voy a ver si coincide con el traje de mi tía y a ver si encuentro el traje dos
-Está bién ¿traje dos?
-Si se le pierde uno tiene el otro
-Ahh vale
-¡Aaaaahhhh! ¡Ayúdeme señor Goodman!
-¡Voy! -mientras sale corriendo hacia la habitación
-Quítamela, quitamela
-Pero.. si es una araña
-¡Que me la quites!
-Está bien, tranquilízate
Le quita la araña con cuidado para que no se asuste mas de lo que está. De repente la araña se mete al amario donde sobresale una tela del mismo color que la manchada
-Ahí esta señor, ese es el traje dos
Abre el armario y...
-El traje.., está limpio
-Que raro...
-¿Que dices Pearls?
-Nada, nada. Pero ahí está el tambor
-¡La prueba! eso es, es lo que necesitábamos para que el Chamán nos dijera algo..
De repente se oye un grito espeluznante que viene de la casa del Chamán.
-¡Vamos, rápido!
Vuelven otra vez corriendo a la casa del Chamán
-¿Que ocurre señor Chamán?
-¡Quitádmela, quitádmela!
-Alucino, ¿todo eso por una araña? -dijo Pearls
-No hables tanto... que tu también has montado un buén numerito -añadió Goodman- por cierto... tengo su tambor
-Fff.. por fin se ha ido y ¡gracias!
-Me temo que no, esto estaba en la casa de Doris y según usted la perdió entre ayer y el día antes que llegué. Pero como Pearls ha dicho, el día que llegué no entró usted en la casa
-¡Perfecto! ya tener todo para resolver esto pero.. perdón por mentir... yo cómplice, pero tengo un poder que actúar contra el magatama y puedo utilizar cuando quiera
-Lo siento pero aunque lo ha confesado deberá cumplir la condena de 4 años como mínimo
-Ya, pero aún no encancelar por favor, servir de mucha ayuda, no decir quién fué pero sólo hay dos personas que podría haberlo hecho: Pearls o Doris Fey
-Ya he demostrado que Pearls es inocente así que el asesino es Doris
-¡Vamos señor Goodman ya está todo hecho!
Los tres fueron para encontrase cara a cara con el final de esta historia.
-Señora Doris Fey, usted es la asesina ¡y lo voy a demostrar!
-¿Uted está loco?, ¿como voy a asesinar a mi propia hermana?
-Usted me lo dijo. Dijo que la familia que tiene más poder es la familia principal y de esta la hermana mayor.
-Para nada, Pearls sería quién llevaría los poderes principales
-Si Pearls quedara encerrada en la cárcel, usted se quedaría los poderes, ¡y eso es lo que intentó!
-Está bien pero no hay pruebas de que yo le asesinase
-Tiene razón...
-¡No la tiene! -añadió Pearls- el traje que nos encontramos era el segundo de mi madre y el suyo ¡lo lleva puesto mi madre!
-Pearls no le digas eso a tu tía -dijo Doris
-Tía usted me intentó meter en la cárcel, parezco inofensiva pero ya se lo que pasó aquella noche. Chamán, lo siento pero usted no solo nos a mentido una vez sino dos, la verdadera escena del crimen no fué esta, fué en su propia casa
-¿Cómo?, eso no lo sabía yo
-Vamos allá, serían las nueve de la noche cuando me acosté y a los diez minutos me dormí y seguidamente entró mi madre a casa de mi tía
-Una cosa antes de que sigas, Pearls.. ¿por qué dormiste en casa de tu tía?
-Alguien me puso en una nota: esta noche te recomiendo que no duermas en tu casa, duerme en alguna de un familiar, esta noche dormir en tu casa te quita los poderes menos a tu madre
-Qué raro..
-Entonces mi tía cogió algo y le dió a mi madre, aturdida se desmayó y ahora lo que te extrañaba a ti señor Goodman, ¡el puente! Tenía intención de tirarla pero seguramente le pegó una patada mi madre y salió corriendo (la madre). Mi tía siguió a mi madre hasta que llegaron a la casa del chamán, seguramente pillaron al chamán comiendo y mi tía aprovechó para apuñalarla. Mi madre solo se demayó y el chamán y mi tía hicieron un plan. Trataba, de por la mañana, terminar de rematarla para que así no se supiera que fue el día anterior. También planeaban matarme a mí pero seguramente a mi tía se le ocurrió la idea de culparme y así yo sufrir más, entró en la casa, cogió la ropa e hizo un intercambio, a mi madre le puso la suya dos y ella se puso la primera suya. El primer traje de mi madre lo tiró al río pero el otro lo cogió ella y se lo puso ella.
-Entonces... el traje que vimos en el armario..
-Es falso, sí
-Y además si el plan fallaba me echarían la culpa a mi -añadió Pearls
-Ya pero.. pero... perooo... -ojos en blanco- ¡No me vencerás Pearls! ¡Jamás! ¡Yo soy mejor que tu madre y que tu! Groaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaarrrrr
(...)
-Gracias, al fin se ha terminado todo -dijo Pearls
-Ya he llamado a la policía y vienen para acá
-Señor, ya vienen a por mí y a por Doris. Gracias -llorando

-¡Espere! -gritó Pearls- he hecho unos dibujos quisiera que los vierais...

Fin, ¿o no?